por Bronte Baxter

04 Junio 2008

del Sitio Web BronteBaxter

Extraído de Blowing the Whistle on Enlightenment

traducción de Biblioteca Pleyades

Versión original en ingles






 

 

 


Parte 1 - Siguiendo la grieta en el universo
de Hacer sonar el silbato, cap. 5 (
Blowing the Whistle, Chpt. 5)

¿Alguna vez te preguntaste por qué un buen Dios construiría un mundo donde la única forma de sobrevivir es quitando vidas?

¿Cuánto tiempo permanecerías con vida si te negaras a comer?

Puede que ames a los animales y cultives plantas dentro de tu casa y flores en tu jardín, pero cada vez que comes, destruyes la vida de algo.

Un algo con conciencia, que siente y desea vivir, como lo hacemos nosotros.

El otro día cogí una cebolla de una cesta para picarla y vi que le había salido un brote bonito, tierno y de color verde claro. Tenía vida en su interior, una conciencia que quería echar raíces, respirar aire y prosperar.

Las lágrimas al cortar esa cebolla no provinieron de los vapores.

No soy un sentimental. Soy una persona que cuestiona, cada vez más consciente de un hilo insidioso tejido en la vida biológica.

Nacemos, nos alimentamos y morimos.

La vida es un proceso de consumir otros seres vivos para permanecer vivos el mayor tiempo posible hasta que la muerte a su vez nos consuma.

Nos decimos a nosotros mismos que la vida es mucho más, pero se reduce a eso mientras debamos alimentarnos para sobrevivir.

Si no podemos sobrevivir más de unos pocos meses sin comida,

¿cómo es posible que comer no sea fundamental para definir nuestra existencia?

Comer es un requisito para la vida biológica tal como la conocemos.


Es el hilo que mantiene unida la existencia material. Más que un hilo, es una cadena que nos ata a la ley de que debemos consumirnos unos a otros. La rebelión se castiga con la muerte.

¿Qué clase de Dios o dioses crearían un mundo basado en el asesinato?

No nos gusta preguntar eso y encontramos todas las excusas para evitar abordar esta pregunta.

 

Pero cada vez que muere un ser querido, o encuentras un pájaro mordisqueado en el jardín destruido por un gato ocioso, o lees acerca de un animal que ha sufrido sin piedad, o de otro niño abusado sexualmente, o de una nación devastada por un terremoto que ha sepultado a miles de gente viva, tu mente vuelve a esa pregunta persistente...

¿Quién haría un mundo como este?

¿Fue realmente un Dios de amor?

Según mucha evidencia, no lo fue.

El mundo fue creado por algo más. O si fue creada por el Dios amoroso que nuestros corazones insisten en que existe, entonces la creación ha sido alterada por alguien tan despiadado que apenas se parece a la visión divina original.

El universo biológico está controlado por la ley de que para vivir debemos quitar la vida o morir.

Eso es siniestro...

Hay algo que nos hace tener que comer, que nos hace envejecer y desintegrarnos. Este es "algo que está mal en el mundo", la grieta en el universo.

El conocimiento de ello funciona,

"como una astilla en la mente, que te vuelve loco", citando "The Matrix".

Sin embargo, despertar a la verdad de nuestra situación es el primer paso hacia un cambio radical. Sólo un cambio radical puede corregir el defecto fundamental tejido en la creación física.

Y qué bien tejido está. La violencia no sólo recorre las vidas de toda la vida en la Tierra como las fibras de una bomba de tiempo adherida a una víctima. Llega al espacio, donde las supernovas implosionan, colapsando millones de estrellas junto con todos los seres vivos en todos los planetas que las acompañan.

La muerte y el devorar son tan omnipresentes que la mayoría de la gente no puede concebir un mundo sin ellos, o si pueden concebirlo, etiquetan el concepto como absurdo.

Sin embargo, la física quántica muestra que la materia no es más que átomos:

el vacío vibra...

El vacío no muere y la energía que oscila tampoco.

Entonces, ¿por qué deben morir los cuerpos que están hechos de estas cosas?

Robert Monroe, en su libro "Far Journeys", escribe sobre el contacto que tuvo con un ser de luz en una "experiencia extracorporal". (Se podría decir que Monroe es el investigador más destacado del mundo sobre OBE; fundó un instituto con aprendices/investigadores para investigar científicamente el fenómeno).

Según se informa, la luz le dijo a Monroe que,

cuando los humanos mueren, su energía es liberada y cosechada por seres transdimensionales, que la usan para extender su propia vida...

La afirmación es que,

el universo es un jardín creado por estos seres como fuente de alimento.

Según la historia de Monroe, los animales son colocados intencionalmente en este planeta para alimentarse de plantas y de otros, liberando así la fuerza vital de sus víctimas para que pueda ser cosechada.

En una lucha depredador-presa, se produce una energía excepcional en los combatientes. El derramamiento de sangre en un conflicto de lucha a muerte libera esta intensa energía, que los seres de luz llaman "loosh".

Loosh también se obtiene de la soledad de los animales y los humanos, así como de las emociones engendradas cuando un padre se ve obligado a defender la vida de sus crías.

 

¡Otra fuente de loosh es la adoración de los humanos...!

Según el informante de Monroe, nuestros creadores, los "granjeros cósmicos de energía", equiparon intencionalmente a los animales con dispositivos como colmillos, garras y supervelocidad para prolongar el combate depredador-presa y así producir más loosh.

En otras palabras,

cuanto mayor es el sufrimiento, más fuerza vital sale de nuestro cuerpo y más sabrosa es la comida energética para nuestros creadores.

Esta historia contada a Monroe (que lo sumió en una depresión de dos semanas) corresponde a informes de algunas de las escrituras más antiguas del mundo:

los Vedas, Upanishads y Puranas de la India...

Ahí leemos eso,

"el universo se sostiene con sacrificio".
Atharva Veda

"Todos los que viven (en este mundo) son los sacrificadores. No hay nadie vivo que no realice yagya (sacrificio). Este cuerpo es (creado) para el sacrificio, surge del sacrificio y cambia según el sacrificio".
Garbha Upanishad

De nuevo:

"(La Muerte como Creadora) resolvió devorar todo lo que había creado; porque se lo come todo... Élla es la devoradora de todo el universo; todo este universo es su alimento".
Mahabharata

En los escritos de Carlos Castañeda, quien narra la vida y las enseñanzas de un hechicero yaqui llamado Don Juan, encontramos otra historia de la Divinidad devorando a los humanos, en este caso la conciencia humana.

Informa Castañeda:

"El Águila está devorando la conciencia de todas las criaturas que, un momento antes vivas en la tierra y ahora muertas, han flotado hasta el pico del Águila, como un enjambre incesante de luciérnagas, para encontrarse con su dueño, su razón de haber tenido vida.

El Águila desenreda estas diminutas llamas, las aplana, como un curtidor estira una piel y luego las consume; porque la conciencia es el alimento del Águila.

El Águila, ese poder que gobierna los destinos de todos los seres vivos, refleja por igual y a la vez a todos esos seres vivos."
"
El Don del Águila", de Carlos Castañeda

La idea de que el hombre debe sacrificar (debe matar algo o ser asesinado para apaciguar a los dioses) es aparentemente intrínseca a todas las religiones fundamentales del mundo.

Encontramos rituales de sangre, incluidos los sacrificios humanos, en la tradición druídica, el budismo tibetano, entre los indios de América, en Grecia y Roma, África, China, Arabia, Alemania, Fenicia y Egipto.

Incluso el Antiguo Testamento (Jueces 11:31-40) tiene una historia poco publicitada de sacrificios humanos, en la que el juez israelita Jefté sacrifica ritualmente a su propia hija para cumplir un voto que le hizo a Jehová.

Si bien no podemos pensar que el judaísmo típicamente promueva el sacrificio humano, lo promovió con creces si contamos el genocidio que Jehová exigió de los hebreos (¿Gaza hoy en día...?).

En un solo día asesinaron a 12.000 cananeos,

"y destruyó por completo todo lo que había en la ciudad, tanto hombres como mujeres, jóvenes y viejos, bueyes, ovejas y asnos, a filo de espada".
(Josué: 6:21)

En el Islam la situación es similar.

Alá, mientras habla de labios para afuera sobre la inmoralidad del sacrificio humano, ordena a sus siervos en el Corán que practiquen la yihad contra todos los incrédulos.

"Cuando pasen los meses prohibidos, lucha y mata a los paganos dondequiera que los encuentres, apréstalos, asédialos y acéchalos en cada estratagema de guerra".
(Corán: 9:5)

Los musulmanes amantes de la paz interpretan estos pasajes como "simbólicos" en su deseo de justificar su fe, de la misma manera que los cristianos intentan justificar el comportamiento sociopático de Jehová con excusas.

En muchos sentidos, el dios del Islam razona y despotrica como el dios de los israelitas.

¿Podría ser la misma entidad...?


No es contradictorio que apoye a dos pueblos separados y luego los lleve a luchar entre sí.


No si su agenda es estimular y cosechar mucho loosh...

El cristianismo, la religión del "amor fraternal", está implicado en el sacrificio de sangre al estar arraigado en la tradición judía.

La Biblia declara que Jesús es el hijo de Dios (Jehová), y Jehová anuncia en el bautismo de Jesús,

"Éste es mi Hijo amado en quien tengo complacencia".
(Mateo: 17:5)

¿Dónde estaba Jesús cuando su padre estaba masacrando a los cananeos?

Jesús mismo se convierte en un sacrificio de sangre, un hecho que los católicos recrean en la misa y en el que los protestantes se bañan para ser "salvados".

¡Los cristianos no son ajenos al sacrificio...!

Si el sufrimiento y la muerte fueran parte de la creación y nadie, incluidos los dioses, pudiera ayudar, habría alguna razón para ser más indulgentes. Incluso podría creerme la historia de que necesitan que los apoyemos con nuestro homenaje y que los necesitamos para mantener el universo en funcionamiento.

Pero cuando añades el sacrificio de sangre a la ecuación, abandono el barco...

Una cosa es que los dioses no puedan evitar el sufrimiento y la muerte terrenales y otra muy distinta si los buscan y prosperan a partir de ellos o, peor aún, los crearon. Y eso es lo que indican el sacrificio de sangre y las Escrituras que lo rodean.

Cuando las escrituras más antiguas del mundo nos dicen que fuimos creados como alimento para los dioses, tengo que preguntarme si quiero vivir en un universo donde eso pueda ser cierto.

El hecho es que yo no...

Ya no puedo dar mi aprobación a ese tipo de realidad.

Así que si no voy a vivir con ello, tengo que pensar en algo mejor.

 

Tengo que encontrar algo más fundamental que el universo físico para ubicar mi identidad y mi poder.

Siento, como muchos sienten hoy en día, que hay algo más allá del universo tal como se nos ha presentado, algo fuera de esta caja, fuera de este sistema.

Eso es lo que busco conocer, conectarme y aprovechar.

Robert Morning Sky, un buscador de la verdad de las tradiciones Hopi y Apache, cuenta una historia que aprendió de su pueblo sobre:

una raza de seres que no conocían limitaciones, que existían muy lejos de este universo físico.

Un día uno de ellos declaró su intención de visitar la Tierra y tomar un cuerpo sólo por la aventura, por la experiencia.

Sus amigos le advirtieron, ya que este universo tenía fama de producir amnesia, un lugar sin retorno.

Pero la entidad se rió y prometió regresar después de una vida.

Pasaron los siglos y la entidad nunca regresó a casa.

Uno de sus compañeros decidió adentrarse en el mundo físico para ir a buscar a su amigo. Prometió no perderse en el asunto y regresar con el otro individuo.

Pasaron más siglos y ninguno regresó.

Entonces otro inmortal entró en masa física, y tampoco regresó nunca más.

Con el tiempo, muchos miembros de estos seres ilimitados encarnaron en forma humana, y según cuenta la historia, ninguno de ellos todavía ha regresado a casa...

Quizás seamos esas personas, empezando a recordar quiénes somos.

Tal vez sea hora de romper con la hipnosis en la que hemos vivido durante eones, las suposiciones incuestionables de que debemos matar y comer, sufrir y morir, vivir en la carencia y la tristeza, y soportar todo el drama humano tal como se ha definido para nosotros.

¿Es una locura pensar que los humanos pueden vencer al sistema?

¿Que podríamos tomar la decisión de detener las actividades que abastecen de combustible a nuestra línea ascendente?

¿Que podríamos minimizar - incluso detener - nuestro propio reabastecimiento de combustible a partir de la fuerza vital de criaturas situadas por debajo de nosotros en la cadena alimentaria?

¿Es una locura pensar que nuestros cuerpos, hechos de energía eterna, podrían no tener que morir, que podríamos aprender a vivir del poder de la conciencia infinita, a la que podemos acceder dentro de nosotros mismos, siendo parte de ella?

Si bien algunos pueden llamarlo locura, yo lo prefiero al mundo que veo a mi alrededor. Ciertamente lo prefiero a la muerte. Lo prefiero a la pérdida de mis seres queridos, a la enfermedad y a la pobreza.

El mayor experimento que la humanidad puede realizar es el dominio de los principios de libertad, creación, abundancia e inmortalidad.

Llevamos trajes que después de 70 años de uso están programados para autodestruirse.

¿Qué podría ser más importante que cambiar esa programación?

En el Bhagavad Gita, el Señor Krishna advierte:

"Quien no sigue la rueda que así gira, vive en vano."

La rueda es el ciclo de nacimiento y muerte, karma y retribución, sacrificio humano y bendición divina.

Rebelarse contra este sistema es fracasar en el propósito de nuestra vida definido por aquellos que dicen ser nuestros creadores y dioses. Pero seguramente la vida estaba destinada a ser más que una cena para el siguiente escalón de la cadena alimentaria.

Si "vivir en vano" significa romper con eso, ¡estoy totalmente a favor de ese tipo de fracaso...!




Parte 2 - La clave olvidada de la libertad
de Hacer sonar el silbato, cap. 6 (
Blowing the Whistle, Chpt. 6)

Hablemos más sobre loosh.

Si no has leído "Loosh - Seguimiento de la grieta en el universo", esa es la base de lo que hablaremos aquí, así que compruébelo antes de continuar. Esta es la "Parte 2".

El concepto de loosh, en mi opinión, contiene una pista importante sobre la libertad humana.

¿Qué es loosh, como se lo describió a Robert Monroe?

Es un tipo de energía que los animales y los humanos generan en situaciones que involucran dos cosas:

un deseo intenso, más una emoción negativa.

En el último artículo equiparé el loosh con "fuerza vital", pero cuando el loosh surge en forma cosechable, está mezclado con alguna forma de negatividad:

  • miedo (en el ejemplo de una madre que defiende a sus crías)

  • tristeza o desesperanza (en el ejemplo de una persona solitaria)

  • miedo de nuevo (en el ejemplo del combate presa/depredador)

Entonces, ¿cómo explicamos esto?

La energía vital no es negativa, entonces, ¿qué es realmente loosh?

Me parece que loosh es una fuerte irrupción de energía vital causada por un fuerte deseo en el individuo que la experimenta. Es esa oleada de adrenalina que sientes en una situación de lucha o huida.

Pero es más que una sustancia química, porque nos dicen que el loosh también se genera en una situación como la de una persona solitaria suspirando, donde no hay adrenalina involucrada.

En ambos casos hay un elemento común:

un fuerte deseo emocional...

La negatividad parece ser lo que hace posible la cosecha, pero no es lo que se pierde.

Es algo que a veces se suelta, y su presencia es necesaria para que los consumidores de energía interdimensionales accedan a la sustancia.

La negatividad no es la emoción esencial sino una emoción superpuesta, y cuando está presente, crea una fuga de energía vital.

Déjame explicarte más concretamente.

Siempre que tenemos un deseo fuerte sin sentimientos tangenciales de miedo, tristeza, remordimiento, etc., ¿qué experimentamos?

Una oleada de vida, una recarga. Decimos "Estoy emocionado". Sentimos poder.

Pero cuando tenemos un deseo fuerte acompañado de emociones negativas, esa es otra historia.

Entonces nuestro fuerte deseo parece agitarse en nuestro interior, provocando angustia.

En el primer caso, nuestra energía vital nos llega desde algún lugar.

En el segundo caso, se infunde y al mismo tiempo se drena.

Por lo tanto no hay recarga.

Las emociones negativas provienen de una actitud, una decisión que ha sido tomada por una parte muy profunda de nosotros, la mente subconsciente.

La decisión subconsciente detrás de una emoción negativa como el miedo o la tristeza es algo como "Esto no funcionará", "Nunca podré tenerlo", "Estoy seguro de que fracasaré".

Los automensajes de lo profundo influyen en lo que nos sucede en la realidad material exterior.

Si estamos en combate, una actitud contraproducente determina que perdamos.

 

Si intentamos crear algo bonito, esta actitud nos maldice.

 

Si tenemos un sueño fabuloso, una decisión subconsciente negativa ordena que el sueño siga siendo un deseo y nunca se convierta en realidad.

El diálogo interno negativo, que resulta de la duda a nivel subconsciente, también abre la puerta a la cosecha.

Cuando el subconsciente ha decidido que no podemos conseguir lo que queremos, que fracasaremos, esa norma fundamental renuncia a las riendas que controlan nuestro destino, a pesar de los pensamientos positivos que podamos estar pensando conscientemente.

La duda pone el resultado de cualquier esfuerzo en el "estante de obsequios" cósmico, donde cualquiera que quiera puede venir y hacerse cargo.

Ésa es la razón detrás de la expresión,

"la victoria pertenece a los más comprometidos."

El individuo con el diálogo interno menos negativo sobre un resultado competitivo gana, porque es la persona con menos obstrucciones internas para manifestar su deseo.

El diálogo interno negativo hace posible ser derrotado por un oponente con un subconsciente más fácil de usar.

También abre la puerta a la búsqueda de entidades psíquicas, como "los dioses" o el "ser de luz" de Monroe, para absorber el influjo de energía que nuestro fuerte deseo ha instigado.

No existe tal camino cuando un deseo fuerte va acompañado de una intención determinada. La pérdida de energía sólo ocurre cuando el diálogo interno negativo contamina el proceso de desear algo con fuerza.

Luego vienen las lágrimas, o la tristeza, o el miedo o la indignación, y esa mentalidad autodestructiva que grita "¡No puedo hacer esto!" abre un agujero en nuestra manifestación, dejando que la maravillosa energía se escurra para beneficiar a aquellos que saben cómo transportarla y hacer uso de ella.

¿Se lo robaron esos hoscos recolectores...?

En realidad, no lo hicieron.

Les dimos permiso inconscientemente.

Dijimos "No puedo manejar esto", entonces alguien más decidió.

Eso es lo que sucede cuando pones tu vida o tus deseos en el estante de regalos del universo.

Para decirlo en pocas palabras:

  • Deseo fuerte + intención autoritaria = afluencia de energía vital almacenada (empoderamiento espiritual)
     

  • Deseo fuerte + actitud contraproducente = influjo de energía vital desviada (cosecha espiritual)

Lo que se desprende de esta imagen es que la intención lo es todo.

La intención es el reverso del permiso.

Mantener una intención determinada es la clave tanto para el éxito en una situación determinada como para el empoderamiento personal de esa situación, mientras que tener una intención débil (un deseo contaminado por la duda) equivale a permitir que otra persona intervenga.

Esto derrama la energía vital y coloca la clave del resultado de una situación en manos de algo externo a nosotros.

Miremos esto desde otro ángulo.

¿Qué es esa oleada de energía que sientes cuando tienes un deseo poderoso, del tipo que no está corrompido por el parloteo mental negativo?

Cuando tienes esa oleada de inspiración, esa idea de algo maravilloso que podrías ser, hacer, crear o experimentar, ¿cómo te sientes?

Estás inundado de energía y alegría. Si sucede en mitad de la noche, estarás despierto durante horas. Hay poder en un sueño, en un deseo.

Porque soñar y desear son... ¿qué? - están apegados a algo. Son como un oleoducto que transporta una avalancha ilimitada de energía.

¿De donde viene eso?

¿Qué es lo que aprovechan pensamientos tan maravillosos?

Sea lo que sea, parece ser la fuente de la fuerza vital misma.

La energía que fluye desde ese lugar es lo suficientemente fuerte como para permitir a las personas levantar automóviles que han caído sobre el cuerpo de un ser querido.

 

Es lo suficientemente fuerte como para darle la victoria en la batalla al lado físicamente más débil.

La física quántica ha revelado que la materia no es sólida.

Está formado por átomos, que no son partículas ni ondas como alguna vez creímos, sino sólo ondas.

La materia no es más que vibración:

ondas en algún medio invisible.

Podríamos llamar a eso invisible "nada", o podríamos llamarlo "conciencia" o "energía".

Sugiero que conciencia y energía son mejores nombres para el vacío material en el centro de la vida física, porque,

¿cómo puede "nada" manifestarse como materia y toda la variada actividad de este mundo?

Seguramente es más razonable suponer que la energía que vemos a nuestro alrededor proviene de una fuente de energía, en lugar de zip.

Nuestra experiencia sugiere que nosotros mismos estamos vinculados a una fuente que es una fuente de energía, algo externo a la materia física, algo sobre lo que se basa la materia.

Cuando deseamos algo, o soñamos con algo que infunde un deseo, esa necesidad llega a lo más profundo de nosotros mismos, un reino que es una fuente inagotable de energía y conciencia.

A menos que obstruyamos el proceso natural arrojando dudas sobre nosotros mismos, el Infinito, esta central eléctrica, responde a nuestro deseo como un depósito responde a la apertura de una tubería:

se apresura a llenarlo.

Es por eso que la energía nos inunda en nuestros momentos inspirados y en nuestros momentos de crisis.

En esos momentos nos volvemos más poderosos, más llenos de vida. Estamos acumulando poder espiritual.

En esos momentos estamos cumpliendo la intención de la fuerza vital de crear y manifestarse, y de convertirnos en una encarnación única de sí misma: un creador empoderado, que manifiesta más creación, más expresiones de vida.

El deseo autoritario y poderoso es la clave para el empoderamiento personal, el empoderamiento espiritual. Por eso quienes se alimentan de la vida humana crearon enseñanzas religiosas que nos dicen que el deseo es malo.

Si creemos que es malo desear cosas, nuestros deseos nunca serán poderosos ni estarán llenos de intenciones seguras.

Estarán débiles y llenos de dudas:

justo lo que les gusta a los rastreadores psíquicos, porque entonces nuestra tubería hacia el Infinito tiene agujeros, lo que hace que cualquier energía entrante sea aprovechable.

Entonces, la pasión, o lo que he estado llamando "intención autoritaria", genera poder espiritual.

La duda atrae a los recolectores.

Loosh es el poder de la Fuente, el poder de la vida.

Cuando accedemos a él a través del deseo, nos infunde, a menos que dejemos que se drene dudando de nosotros mismos, haciendo agujeros en nuestra tubería.

La intención y el permiso son reversos de la voluntad, y la voluntad es una de las facultades de la personalidad.

Podemos regalarlo mediante el permiso, permitiendo que nuestra energía sea desviada y nuestras almas asimiladas en unidad con los recolectores.

O podemos construir nuestra voluntad y crecer en empoderamiento personal.

Se nos dice que ser espiritual significa entregar nuestro ego (nuestros deseos y nuestra identidad). Pero el verdadero empoderamiento espiritual nunca se logrará inclinándose ante los dioses con abnegación...

El empoderamiento espiritual significa vivir el poder del Infinito como expresiones únicas del Infinito, que es lo que eran nuestros espíritus mucho antes de que los dioses se apoderaran de nosotros, mucho antes de que tuviera lugar la creación de este universo físico.

Libertad significa recuperar el control de nosotros mismos a través de la voluntad, recuperar el control de nuestro espíritu. Significa ejercitar la voluntad para pensar los pensamientos que deseamos, no los pensamientos que los pesqueros quieren que tengamos.

Y la libertad significa mucho más.

Significa, a través de la intención, conectar nuestros cuerpos para que funcionen con la inteligencia, el amor y la energía del Infinito, en lugar de hacerlo con la red limitada del ADN.

El ADN fue creado por (o al menos actualmente está controlado por) los dioses, nuestros recolectores...

Está programado con nuestra decadencia y muerte.

Podemos superar el programa estableciéndonos en nuestra naturaleza como uno con nuestra Fuente espiritual.

Cuando ordenamos, desde nuestra autoridad como hijos e hijas del Infinito, entonces el poder detrás de nuestros deseos los hace fructificar, cualquiera que sea nuestra declaración.

Podemos ordenar un lugar de estacionamiento, o podemos ordenar una curación o una inmortalidad.

Podemos ordenar la libertad personal frente al acoso de los proveedores de la agenda global.

También podemos trabajar junto con otros creadores del despertar y ordenar la libertad para la humanidad.

 

Trabajando en nombre de toda la creación material, podemos ordenar la libertad y la felicidad para todos los seres del universo físico.

Podemos establecer la vida material en un nuevo nivel, donde la muerte, la carencia y el sufrimiento nunca más vuelvan a ser parte del panorama.

 

Podemos reclamar nuestra propia divinidad y derrocar el régimen que controla esta dimensión.

Y si decidimos ordenar eso, debemos hacerlo con amor y compasión por los pesqueros, no con venganza y odio, porque un mundo nuevo no es lugar para cosas negativas.

Los recolectores tienen hambre, como todos los demás.

Los dioses no son peores que nosotros cuando comemos pollo o carne de res, o cuando instalamos corrales en una granja.

Se comen nuestra energía porque no conocen otra forma de vivir.

 

Nuestra fuerza vital los sostiene, mientras ellos nos convierten en sus secuaces...

Pero así como nosotros no necesitamos carne para vivir, así como podemos reconfigurarnos para vivir del poder del Infinito dentro de nosotros, también pueden hacerlo estos dioses.

¿Qué mejor manera de ayudarlos a aprender a aprovechar sus recursos espirituales internos que eliminando su fuente externa de alimento, haciéndonos indisponibles?

Cuando la humanidad recupere su poder y su hogar en el universo, los vampiros psíquicos tendrán las redes vacías de su pesca y tendrán que buscar la misma Fuente a la que nos vemos obligados a buscar para seguir viviendo.

Este proceso de aprendizaje, tanto para la humanidad como para los dioses, no será fácil y puede que no siempre sea agradable.

Pero es la puerta a la libertad de todos, la puerta a una nueva vida.

Ya no podemos permitirnos que el paraíso siga siendo un concepto metafísico.

Tenemos que hacerlo realidad.

Porque es la única alternativa, en este momento de la historia, a la asimilación.

Nuestros enemigos no sólo desean cosechar nuestra energía sino asimilar nuestra conciencia, nuestras almas individuales.

Ese es su plan con su Nuevo Orden Mundial, donde todos serán sirvientes con microchips del gobierno global.

Ese es su plan con una religión universal, donde todos entregarán sus egos y se amalgamarán en la conciencia de Unidad:

la conciencia impersonal de la "iluminación"... despojada de deseos, originalidad, alegría, pasión y el poder de elegir.

O les dejamos lograr esto sin hacer nada o tomamos medidas ahora.

Recogemos la llave olvidada de la libertad, llámala como quieras:

elección, voluntad personal, intención autoritaria, deseo apasionado y confiado...

Elegimos convertirnos en hijos del Infinito que olvidamos cómo ser.

Recuperamos nuestro derecho de nacimiento como hijos e hijas de la intención divina original, amorosa y gozosa.

¿Cómo sucederá eso?

El Infinito mostrará el camino.

Una vez que conectamos nuestro conducto de deseo y apuntalamos los agujeros de la duda (en otras palabras, una vez que recuperamos nuestro poder), la Conciencia Original puede bombear su vida a nuestros cuerpos y espíritus debilitados una vez más.

Con eso vendrán la inspiración y las ideas. Se harán conexiones.

Cuando eso empiece a sucedernos a muchos de nosotros, ¿cómo puede el Nuevo Orden Mundial hacer otra cosa que fracasar...?